lunes, 10 de noviembre de 2014

SOY BLANCA ¿Y QUÉ?

Nunca creí que tendría que escribir esto porque nunca lo había visto como algo necesario ni problemático. Tal vez ni siquiera lo es y esto sea sólo producto de mi activa imaginación, no lo sé...

Últimamente me voy encontrando allá por donde voy con el tema de lo AFRO: discusiones, opiniones, post, artículos...
Panicada (del verbo paniquer) hasta la última fibra de mi cuerpo asisto sorprendida a una serie de comentarios y actitudes que hacen que me sienta un poco incómoda, hasta incluso fuera de lugar, como si tuviera una bota pegada a mi culo a punto de lanzarme al blanco espacio exterior en cualquier momento. Es una sensación personal e intransferible, nada más. Y no la entiendo.

No soy capaz de comprenderlo porque yo estoy ahí voluntariamente, porque así lo he decidido de forma consciente, porque me interesa el tema, porque (por suerte o desgracia) lo vivo y lo sufro, porque me siento involucrada en él, porque quiero que sea de mi incumbencia, porque yo también quiero conocer la Otra Historia (la que nadie nos contó, la que nos ocultaron por omisión o disfraz), porque quiero preguntar y que alguien me expliquen lo que no sé o lo que no entiendo, porque quiero saber, porque quiero hablar de mis experiencias y conocer las de los otros, porque no quiero caer en los mismos errores y quiero hacerlo mejor (con todo el conocimiento de causa que sea posible), quiero reivindicar, luchar codo con codo por lo que es justo (simplemente), quiero COMPARTIR para CREAR, por muy ingenuo o utópico que suene.
Pero resulta que soy BLANCA (o me ven blanca porque recuerdo que mis genes asturianos, según reciente estudio ciéntifico, tienen una importante carga africana, o sea ¿afro? aunque mi piel no lo deje traslucir). No pinto nada allí porque es necesario reivindicarse como AFRO y yo no lo soy, a la vista está.

Tienen razón: no soy negra ni mulata ni mestiza ni afro-descendiente ni afro-americana ni afro - española ni siquiera africana. Soy blanca (a veces hasta demasiado, sobre todo en invierno) y parece que eso actúa como toda una declaración de intenciones en mi contra.
Yo no tengo que reafirmarme ni reivindicarme como blanca porque todos mis jodidos ancestros ya lo hicieron por mí durante generaciones y generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
A sangre y fuego ha quedado "grabado" (que en ningún caso demostrado; más bien al contrario) la "superioridad" de los blancos con multitud de ejemplos y formas (que no creo necesario mencionar aquí porque de sobra son conocidos).

Es cierto (y soy yo la primera en gritarlo a los cuatro vientos) que es más que necesario recuperar esos siglos, esas generaciones y esas Historias perdidas (o mejor debo decir: robadas), reafirmándose y reivindicándose.
¿Por qué? Porque el marketing y la publicidad de los dominadores en estos siglos de Historia ha dejado en muchos una huella difícil de borrar y ha creado un imaginario colectivo (propio y ajeno) que debe ser re-construído de forma inteligente casi desde los cimientos. Como pueblo, como comunidad...creo que es un deber y hasta una obligación borrar esas "huellas" y ponerse en valor. Es casi un deber la concienciación, la emponderación, el contra-marketing, elevar la verdad (por muy dolorosa que sea), el levantamiento e incluso la revolución de lo AFRO. Pero siento que es un deber y una obligación por parte de todos los miembros de la sociedad, sean como sean, sean quienes sean.
Con esto no hablo de lo AFRO como moda (pasajera o peremne): llevar un peinado, vestir un wax o comer durante un tiempo en un restaurante burkinabés y vetar la tortilla de patata porque no es afro.
Hablo de algo distinto: de formas de vida, de compromisos (aunque sea mucho pedir que éstos sean eternos), de una lucha paciente y sin cuartel, que probablemente deje muchos muertos en el camino (virtuales o reales, en el peor de los casos).
Creo firmemente en la no - injerencia externa, en que cada pueblo tenga la libertad de auto - gestionarse sin que nadie le imponga las directrices a seguir (aunque sólo sea como un "consejo de aliado"), en la no infantilización que es un grado de inferiorización, en dejar ya de lado las-buenas-voluntades-que-matan porque a la vista está que son un agujero negro en todos los sentidos (que no sólo no soluciona sino que genera más problemas).
No estoy a favor de la discriminación positiva (porque no deja de ser una forma de discriminación pero con palmaditas en la espalda) sino de la JUSTICIA SOCIAL y la REPARACIÓN: ESTAR, simplemente, en el lugar que por derecho pertenece, sin condicionantes, bien visibles, bien orgullosos. Porque no puede ser de otra manera. No estar como algo "exótico", peculiar, "dando la nota de color" (nunca mejor dicho), como si de un chiste se tratara.
No tolero (y lucho contra ello cada día) el "terrorismo cotidiano" de los pequeños (y a veces grandes y excesivos) gestos, que tiene cada uno que tragar con la justificación de que aquí en España (lo concretizo a España ya que aquí habitamos y bastante tenemos con eso) no hay una "larga tradición inmigrante" y la gente "no está acostumbrada". Esto hace que, dependiendo en qué sitios y con qué personas, debe uno enfrentarse a amables ignorancias o a grandes imbecilidades.
Odio que nos diferencien y odio que nos igualen porque no soporto las generalizaciones y soy de la opinión de que cada persona es un mundo, independientemente de las "etiquetas" que le hayan caído en suerte.

Pero todo esto da igual. Porque no soy AFRO.

No pienso que esto sea una cuestión de racismo-negro o racismo-blanco, ya que me consta que muchos de esos afros son hijos, maridos, esposas de blanc@s y sería un contrasentido por su parte, y por la mía plantearlo siquiera así.

Puedo incluso justificar que mi presencia activa no sea del todo admisible (o bien vista) por el qué dirán, que, de alguna manera, reste credibilidad a las reivindicaciones por todo lo antes expuesto.
Entiendo incluso la rabia, la ira (porque yo misma también la siento, unida a la vergüenza, aunque sea de una manera diferente).
Comprendo incluso la creación, e incluso la defensa, de espacios propios por miedo a que estos puedan ser de alguna manera "colonizados" y pierdan parte de la esencia que los quiere caracterizar. Pero a mí no me interesa "colonizar", no es esa mi necesidad ni mi afán como blanca. Me interesa aprender y ejercer una solidaridad horizontal (que no vertical ¡cuidado! porque aquí estriba la gran diferencia), caminar a la par.
Tal vez yo debiera respetar esto y mantenerme a una prudente distancia, pagando mi cuota de deuda histórica heredada, porque se supone que no es mi lucha y sería mejor quedarme en el lado que me corresponde (o el que me han asignado).
Pero no me da la gana, oigan.

Y menos aún me da la gana de que sea por el mismo motivo por el que se "combate". Porque me niego a creer que no hayamos aprendido nada de toda esa Historia pasada y presente que hace que precisamente estemos aquí y ahora como estamos. Porque para mí la "exclusión amable" o de retaguardia no es una opción ni un camino.

No pretendo "ejercer de blanca" (en tono peyorativo) ni ser parte de la cuota - Benetton, ni ser portavoz más que de mí misma...Sólo quiero PARTICIPAR, como uno más, en lo que creo y por lo que lucho. No voy a pedir permiso ni tampoco disculpas por ello. No pienso hacerlo ni tengo por qué.
Quizás esté equivocada ¡vaya usted a saber! pero esto es lo que hay, le pese a quien le pese: una responsabilidad y un compromiso por mi parte, no una simple cuestión de cabezonería.

Así que ahora, después de haber soltado todo este discurso para poner en claro mis ideas, que son toda una declaración de intenciones, me pregunto: ¿QUÉ SE SUPONE QUE ES SER AFRO?¿UN AFRO NACE O SE HACE?.

Podemos entender, como parece lógico, que un AFRO es toda aquella persona de ascendencia negra (¿y por qué no también los de descendencia negra?)y con piel en las distintas tonalidades claro-oscuras de este color.
¿Por qué no usar entonces NEGRO, en vez de AFRO?
Quisiera decir al respecto que conozco a muchas personas que encajarían perfectamente en esta definición pero a quienes se la trae al pairo (e incluso más abajo) eso de ser/sentirse AFRO, reafirmarse, reivindicarse como pueblo o como raza o como quiera usted llamarlo.
¿Entrarían, a pesar de su negación (o precisamente por ella), en esta definición?.

¿O podemos entender, por el contrario, lo AFRO como una especie de filosofía de vida, una voluntad, una reivindicación asumible por todo aquel que consciente y comprometidamente así lo decida?.

En la primera definición no encajo para nada, no hay más que verme, pero la segunda...¿también me excluye?.

Y pregunto esto con toda la consecuencia ya que no es ni la primera ni la segunda vez que, tras leer algo que he escrito, y sin conocer nada más que mis palabras y forma de expresarlas, algún desconocido se pone en contacto conmigo de "hermano afro-cano" a "hermano afro-cano" "que luchamos juntos en la misma batalla".
Entonces...si mis palabras te parecen lo suficientemente AFRO para reconocerme como a un igual en la misma "batalla" ¿qué es lo que cambia cuando digo que soy BLANCA y encima mujer?.
Silencio administrativo (y del negativo, encima).

Seguimos poniendo fronteras: NOSOTROS - VOSOTROS - ELLOS.
¿Eso es avanzar: seguir el mismo patrón de siempre al derecho, al revés, a lo converso y a lo inverso?¿Enrocarse en un pronombre personal y defenderlo por encima de todo?.

Cada uno es, por supuesto, libre de elegir dónde posicionarse o dónde no hacerlo o de, incluso, no posicionarse en absoluto.

Yo elijo estar en el NOSOTROS, en el VOSOTROS y en el ELLOS. Así sin más (y sin menos). Blanca y todo.

martes, 4 de noviembre de 2014

FRONTERAS I

Ellos. Nosotros.
Palabras - frontera.
Nosotros. Ellos.
Posiciones que crean barreras.
Ellos.
Nosotros.
No Unos. Sino Otros.
(¿No se puede estar en ambos?)
Fogonazos de lucidez.
O unos.
U otros.
Yo quiero ser todos...