domingo, 17 de junio de 2012

EL ORGULLO DE SER NEGRO I


¿Qué significa ser negro?. Va más allá de un color, de una raza (como odio ese término...), de una palabra (con su significado negativo o positivo).
Ser negro es aceptarte diferente, saber que no eres como los demás, que tienes un matiz (o unos cuantos) que te harán brillar de una manera especial. Ser negro es tener que reafirmarse o negar una identidad. Es tener que luchar el doble, el triple, el cuátriple que el resto, sabiendo que a veces ni siquiera así es suficiente. Ser negro es aprender a ser paciente, a ser incluso resignado en ocasiones. Ser negro es olvidar para continuar y seguir adelante. Lo imposible no es para el negro. Ser negro debería significar "ser lucha".
Por ahí he leído un poema del "orgullo de ser negro" y alguien comentaba que uno debe estar orgulloso de lo que es: blanco o negro pero buena persona, con valores positivos... No estoy de acuerdo.
Un blanco puede sentirse orgulloso de su carácter, de su personalidad, de sus valores...
No necesita sentirse orgulloso de su color porque él está por encima de los colores. Es él quién dicta las normas, se inventa las reglas, impone sus decisiones. Para un blanco lo standar es él mismo. Él es la medida de las cosas; el que marca qué es normal, que es diferente, qué es bueno, qué es malo...
A un blanco (hasta donde yo sé, al menos) no se le considera "distinto" por el hecho de ser blanco, no se le persigue (ni se le persiguió nunca) por su color, no se le discrimina por ello, no se le mira diferente, ni se le mira mal, no se le veja ni se hacen chistes de blancos, no son el hazmerreír por ser del color de la leche ni se mide su capacidad intelectual por su grado de "blanquitud". Un blanco no es temor de los padres cuando sus hij@s le dicen que tienen novi@. Un blanco no tiene nada que demostrar. A un blanco se le abren las puertas allá dónde vaya, sea rico o pobre. Un blanco siempre es bien recibido, bienvenido, bien mirado. A veces, es un orgullo ser blanco pero para los otros. Nunca se duda de su palabra ni de su capacidad. Incluso, en ocasiones, ser blanco se vuelve una capacidad en sí mismo, aunque el blanco en cuestión no sepa hacer la o con un canuto.
Por todo esto ser blanco no significa nada porque ser blanco es lo normal.

Pero ser negro...

Ser negro es una marca imposible de borrar. Ser negro, quieras o no quieras, es una identidad, como llevar un DNI o un pasaporte pegado en la frente continuamente desde el mismo momento de tu nacimiento. Es algo que no se puede esconder y que va a marcar tus actos, tus pensamientos, tu ideología, tu estilo... al fin y al cabo, tu vida. Pero lo que es peor es que tu "negritud" no sólo te va a condicionar a ti mismo sino a los demás, a todo aquel que te rodea o que se cruza contigo aunque sea sólo una vez en la vida. Sus actos, su pensamientos, sus palabras, sus miradas... Todo ello va a condicionar a un negro en todos los segundos de su vida.
La sola palabra: negro conlleva (o la han hecho conllevar)un significado negativo, peyorativo, de cierta inferioridad. Hagas lo que hagas, consigas lo que consigas, seas quien seas... lo único que los demás van a ver de ti es que eres negro.
Ante esto, sólo caben dos maneras de enfrentarlo: reafirmarse en la negritud o negarla.

Bueno, negarla es imposible porque es algo que es evidente, que no se elige pero se es...me refiero más a "asimilar" la contraria en detrimento excesivo de la propia. Pondré un ejemplo: el negro que reniega de serlo, que aclara su piel,alisa su pelo, que trata de ser lo que no es, que incluso se ríe de sus propios hermanos de color (negro), que no quiere saber nada de su historia (sí señores, existe una historia paralela a la nuestra y es una historia que recién ahora empieza a ser contada; es una visión distinta de la HISTORIA que conocemos, en la que "los sin voz" empiezan a aparcar su mudez y contar sus miles de verdades escondidas), que se avergüenza. En resumen, un negro que no quiere serlo y que se comporta como un "blanco", que trata de pasar desapercibido entre los suyos y que los "normales" lo acepten como si no fuera diferente. Asimila hasta tal punto la identidad y la culturalidad del otro que llega a meter miedo.

La reafirmación no implica el radicalismo, como muchos creen. La reafirmación es el orgullo. La belleza de ser lo que soy, aún sin haberlo elegido. La mirada al frente, la cabeza alta. 
Los negros (creo) deben reafirmarse. Deben empezar a conocer su historia (la que nunca les contaron, ni a ellos ni a nosotros y que fue escondida debajo de cientos de siglos), sus vergüenzas, lo que los otros hicieron con ellos, quiénes son, de dónde vienen, en qué punto se encuentran y a dónde (y cómo y con quién) quieren llegar.
Los negros deben aceptarse cómo son y no intentar cambiarse. Deben aceptar su identidad y positivizarla. Sí, ante los otros pero sobre todo ante ellos mismos. Deben hacerse la identidad que se les ha robado, por la que se les ha humillado y vejado. Deben recuperar lo que fueron y adaptarlo a lo que son o pueden llegar a ser.
Los negros deben empezar a quererse a sí mismos y entre sí mismos.
Un negro, quiera o no quiera, debe reafirmarse para volverse igual. Debe dejar esa mala herencia de "inferioridad" ante los demás y ante sí mismo. Debe empezar a respetarse  como negro para quitarle el sentido negativo a la palabra "negro". Porque es un color hermoso. Una identidad hermosa y muy rica. Un negro debe potenciar su color, lucirlo con orgullo, hacer que el resto vea su belleza.

Por todo esto no estoy de acuerdo con que no es necesario sentirse orgulloso de ser negro. No sólo es necesario sino casi un deber.

Aunque también uno puede sentirse negro sin serlo por fuera...Como dice el cantante albino Salif Keita “Yo soy negro, mi piel es blanca”.


TE AGRADEZCO, SEÑOR
Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,
que hayas hecho de mí
la suma de todos los dolores,
y puesto sobre mi cabeza, el Mundo.
Visto la librea del Centauro
y llevo el Mundo desde la primera aurora.

El blanco es un color de circunstancias,
el negro, el color de todos los días,
y llevo el Mundo desde el primer crepúsculo.

Estoy contento
con la forma de mi cabeza
hecha para llevar el Mundo,
Satisfecho
de la forma de mi nariz
que debe aspirar todo el viento del Mundo,

Feliz
Con la forma de mis piernas
proveas a correr todas las etapas del Mundo.
Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,
que hayas hecho de mí, la suma de todos los dolores.

Treinta y seis espadas han traspasado mi corazón.
Treinta y seis braseros han quemado mi cuerpo.
Y mi sangre sobre todos los calvarios ha enrojecido la nieve.
Y mi sangre en todos los nacientes ha enrojecido el horizonte.

Pero lo mismo estoy
Contento con llevar el Mundo,
Contento con mis brazos cortos,
con mis brazos largos
con el espesor de mis labios.

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro, blanco es un color de
circunstancias,
el negro, el color de todos los días,
y yo llevo el Mundo desde el alba de los tiempos.
Y mi risa sobre el Mundo, en la noche, crea el Día.
Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro.

Bernard Dadie

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