sábado, 13 de febrero de 2016

EL PUENTE QUE ERA FRONTERA...

Conozco un puente que no une sino que separa...
Parece una cicatriz de hierro partiendo en dos la ciudad.
Desde lo alto se ven los mejores atardeceres. Es un buen sitio para sacar fotos impresionantes de luces y colores...
No existen alambres de espinos, ni concertinas, ni muros...Es de cristal y hierro. Una obra de "arte" contemporánea que le da un toque "chic" a la ciudad. Incluso tiene ascensores con vidrieras para poder ver el exterior (siempre están estropeados pero aún así tienen su punto) al estilo de los rascacielos neoyorquinos.
Parece ser que, cuando se concibió, la idea era precisamente la de "tender puentes" de una manera simbólica. 
Unos nunca cruzan al otro lado. No tienen necesidad de hacerlo. Nada hay que puedan necesitar "más allá"...
Los otros lo hacen casi por obligación, por razones administrativas. 
Será que soy una "paleta" de provincias y estoy tan acostumbrada a moverme de un sitio a otro en mi propia ciudad, donde todos los barrios tienen pros y contras pero donde no hay (o al menos, yo nunca las sentí) barreras imaginarias, que ni siquiera me percaté de que la "distancia" de la pasarela iba mucho más allá de unos cuantos pasos. Desde que llegué me muevo de un barrio a otro, sea norte o sur, según mis necesidades...
Nunca me percaté, hasta que alguien me lo dijo, de que existía una frontera porque nunca había sido capaz de verla.
Será que soy una inocente redomada, tal vez.
Ahora no sólo la veo sino en ocasiones incluso la siento...
Conozco niños de un lado que juegan con sus tabletas y no molestan porque no hablan, no empatizan, no interactúan y son el colmo de la buena educación.
Conozco niños del otro lado que le roban las ramas recién cortadas de los árboles a los jardineros que acaban de podarlos para improvisar una guerra de "espadas". Gritan, rien, se enfadan y se insultan como camioneros. A veces llegan a las manos. Con un trozo de papel y unos rotuladores (¿por qué a ningún niño le gustan mis plastidecores favoritos??) hacen magia...aunque sea una horterada o una obra abstracta imposible de percibir en su verdadero esplendor...
Tienen vida y la regalan. Quieren hacerlo todo a la vez.Son inquietos, ruidosos....fatigantes...
Pasan incluso de los columpios que algún consejero de urbanismo pensó que los entretendrían. 
Nunca están solos. Los mayores se ocupan de los pequeños, los educan a su manera. Los pequeños respetan a los mayores, aunque a veces se olviden, por eso de que todos son niños y se lleven alguna colleja.
Parecen locos irresponsables y maleducados pero tienen cargos que no corresponden con sus 8, 9 u 11 años...
No suelen saludar ni preguntar cómo te va y se van en marabunta, todos juntos, sin decir ni siquiera adiós muy buenas. Se les suele olvidar el por favor, los horarios, no comer chicle, no decir groserías ni palabrotas...Comparten, se piden, se dejan, se ayudan, discuten, se enfadan, se insultan, se pegan, se llevan cosas para los que no pudieron estar o para los pequeños de la familia que no pueden aún venir...pero siempre los ves en bloque... Donde ves a uno está el resto. 
No digo que unos sean mejores ni peores que los otros. Son niños. Los unos miran a los otros con un poco de lástima, como si fueran seres venidos de otros planetas a los que se les va a poner bastantes trabas en este. Los otros miran a los primeros como seres de otro planeta, aburridos en sus juegos individuales y un poco sosos. 
Y no hay un punto medio donde puedan encontrarse.
Porque lo que trataba de unirlos tal vez los separa aún más.
Conozco gente que no cruza el puente para asistir al teatro porque tiene "miedo" y desconfianza...
Conozco gente que no sabe pasear y perderse en las calles mediavales del centro porque nada se les perdió allá abajo y los adoquines siglo xv son un coñazo para caminar...
Estamos en 2016...En la cuna de la Igualdad, la Fraternidad y la Solidaridad...En un crisol de culturas con cierta tradición e Historia e historias....Compartimos ciudad...No vivimos juntos...Y sinceramente, sin ánimo de parecer grosera ni subida, a mí me la pelan los puentes, las pasarelas, las fronteras imaginarias y las visiones alucinógenas...A mí me gusta saltar y volar, rebotar y caerme...Y eso hago...

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