sábado, 20 de abril de 2013

EL RETORNO DE TAHAR BEN JELLOUN

No debe ser fácil irse.
Pero tampoco debe ser nada fácil volver.
 Mas si la vida se ha hecho en otra parte, si las costumbres propias han cambiando o se han "mixturizado", si las rutinas nada tienen que ver, si el tiempo es otro y los hijos ya no son de aquí ni de allí, si uno mismo ya no encuentra hogar en ningún lado.

TAHAR BEN JELOUN es un escritor marroquí. En su libro EL RETORNO nos habla de Mohamed, un hombre marroquí, próximo a jubilarse de la fábrica en la que lleva trabajando 30 años, en Francia.
Él nunca se ha apartado de sus costumbres y de su religión. Se siente un invitado en su patria adoptiva. Sus hijos han nacido en Francia. Están aún más lejos de él que el propio Marruecos, al que sueña con regresar una vez jubilado. No entiende a sus hijos. Le duelen. Retorna a su pueblo y se construye una gran casa para acogerlos a todos. En este su retorno, casi siempre en primera persona, nos va contando sus pensamientos, sus reflexiones sobre la vida en Francia, la vida de los inmigrantes como él, de las 2ª y 3ª generaciones de "hijos de nadie", de su país de acogida, de su país de origen, del Islam, de su vuelta a la que siempre consideró su casa...


"¿Por qué no nos querrán? ¿Qué hemos cometido que sea tan terrible para que parezcamos sospechosos y nos maltraten a veces por la calle? (...)¿Qué podemos hacer?. Que se nos vea lo menos posible, somos expertos en no hacernos notar. No levantamos la voz, ni siquiera cuando cometen una injusticia o se comportan de un modo racista con nosotros; no queremos líos. ¿Qué hay que hacer?. ¡Desaparecer!. Dejar de existir, volvernos transparentes y seguir trabajando. Para ellos sería lo ideal: estar aquí, mostrarnos útiles, eficaces pero sin que se nos vea, sin tener hijos, sin cocinar con esas especias nuestras que despiden olores que molestan. ¿Qué podemos hacer para ser lo más discretos posible y trabajar como si no existiéramos? . Hace tiempo, al menos cuando yo llegué, no se hablaba de nosotros, estábamos en unos barrios de tránsito, en unas ciudades-dormitorio y nunca íbamos al centro pero, con la llegada de nuestros hijos hemos hecho ruido. Mucho ruido".


"No olvides de dónde vienes, de dónde vienen tus padres, es importante, adonde vayas no olvides nunca que tu país de origen está inscrito en tu cara, está ahí, lo quieras o no. Yo nunca he dudado de mi país pero vosotros no sabéis de qué país sois, sí, decís que sois "fransauis", debéis de ser los únicos que lo creeis. ¿Te imaginas a un policía tratándote como a un francés cien por cien?. Sí, si vas al tribunal, el juez te dirás que eres francés, está obligado a ello, pero él piensa que eres un extranjero, o bien un bastardo. Se diría que Francia ha tenido un montón de hijos con una mujer de fuera y que ésta se olvidó de declararlos, es curioso, de todas formas, no lo tendréis fácil".

No hay comentarios:

Publicar un comentario