martes, 23 de abril de 2013

VOLVER O REGRESAR, QUE NO SÉ SI ES LO MISMO

Volver al Origen.

Me sentí perdida.

 En ciertos momentos, incluso, como si estuviera de más.

 No encontraba mi sitio. Era como volver a casa y sentir que ya no era tu hogar. Que ya no pertenecías. Que habías perdido tu silla, como en el juego infantil.

Desorientada.

 Me costó re - descubrir lo antiguo. Lo había olvidado casi todo.

 Re- aprender a andar por los caminos (se me había olvidado volver), hacer callar a los perros (que a pesar de no conocerme, parecieron reconocer mi olor). Haciendo de nuevo los oídos a las palabras. El olfato, al olor de los campos, del ganado, del mar...La cabeza, a su forma de entender el tiempo, el ritmo, la vida...La vida que parece haberse detenido en aquellas piedras. Es distinto. Las cosas han cambiado. La gente ha cambiado. Pero parece como si el tiempo se hubiese detenido allí. El silencio. El mar, que parece una pintura de fondo, como un decorado irreal.

Y de repente, esas tazas de café cargado. Las sillas que vuelan para hacernos sitio. Las mismas bromas. El reencuentro. Las risas. La cocina inmensa llena de gente. La vuelta de los recuerdos. La misma imagen de siempre. Todos juntos. No. Falta alguien por llegar. Tengo la impresión que va a hacerlo de un momento a otro. De vez en cuando, el silencio que nadie se atreve a romper. Tal vez llegue más tarde. Todos tenemos la sensación de ausencia. La nuestra, la de tanto tiempo, la de ellos, la nueva: la de él. Y vuelven las risas y los te acuerdas. Y las miradas cómplices.

Las ganas de echar a correr. De escapar de nuevo. Pesa demasiado todo este día, todos estos años. Él no va a aparecer y sin embargo, está aún ahí, como antes.

Nos ha hecho volver. Sabiendo que no iba a poder estar. Con todas estas mochilas de cosas. No nos ha quedado más remedio que sentarnos, parar el tiempo, mirarnos hasta reconocernos, tomar el café, recordar,  reír aún sin querer, sentir lo mucho que nos hemos echado de menos,  llorar (por él, por todo lo bueno y lo malo en que no queríamos pensar)...

En una palabra, nos ha "obligado" a volver a casa. A veces, aunque no nos parezca, es necesario.

Gracias T.


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