viernes, 26 de julio de 2013

¿POR DÓNDE ANDAN LAS PALABRAS?

Se me han ido las palabras.
Parece que se han olvidado de mí. O tal vez yo me haya olvidado de ellas.
Hay tanto que decir, tanto que contar, tanto que opinar y que gritar hasta desgarrarse uno la garganta que nada sale. Todo se me queda dentro. Como atragantado. Congestionandome. Mi cabeza parece un escurridor de lechugas de esos que venden en el IKEA. Das a la manivela y aquello gira que te gira que te gira. A mi cerebro no le queda ya una gota de agua por sacar. Está seco, el pobre. Pero esa manivela sigue girando a un ritmo vertiginoso mis pensamientos (que también están secos de tan sobrecogidos). Sin embargo, mi boca no se mueve. Como si no respondiese a estímulos y fuese por su lado. ¡Vaya descoordinación interior!.
Ante todo esto que le pasa al mundo (al de todos) y a mi mundo ya no tengo palabras. Simplemente eso. Nada que decir.

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