miércoles, 13 de noviembre de 2013

EL DOLOR FANTASMA

Nunca imaginé que doliera tanto...

Es realmente físico. Como si me hubiesen arrancado algo.

El dolor fantasma del miembro que falta.

Me miro y me veo entera. Cuento.Sí, está todo (¿también la cordura?. Sí, sí, aquí anda medio escondida, la muy cabrona).

Lo único que me falta eres tú.

Confieso que nunca pensé que iba a ser así. Este sentimiento que no sé manejar, con el que no sé qué hacer (¿lo escondo debajo de la alfombra o lo dejo explotar?).

Había costumbre de ausencias. Se estar sólo conmigo misma. No me da miedo.

Esta vez es distinto.

No tocar el suelo. Sentir que floto y que las puntas de mis dedos no alcanzan bien. No hacer pie. A pesar de que camino sobre tierra firme.

Notarte a mi lado y saber que no estás.

Nudo en el estómago. Como una bola de hilos (intestinos -supongo-en este caso) enmadejados y tirantes. Bola de angustia, lo llamo yo. No sé cuál puede ser su nombre médico (si es que lo tiene).

Al principio pensé que era simplemente por eso: por ser el principio.

¿Ahora qué debo pensar?. Aquí sigue. Se va acomodando.

De vez en cuando saco un poco a lavar la pena. No demasiado. Lo prometí (lo sé). Por variar de hábitos y de elementos: aire (flotación), fuego (bola de angustia), agua (lavado de penas)... Me queda la tierra. Donde estoy sin estar; que es otro de mis super-poderes últimamente. Llevo años sin saber que los tenía. Justamente hasta que te fuiste.

No vas a creerlo esto de los super-poderes, lo sé. Tienen el extraño don de desaparecer en cuanto estás cerca. Como si los ahuyentaras.

Espero que lo hagas pronto.



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